Rav Avigdor Miller
La felicidad

Alegría y simpatía

Rav Avigdor Miller sobre Simcha - alegría y simpatía Pregunta: Rav usted dijo que cuando vemos personas que son menos afortunadas que nosotros, debemos usar esa visión como un incentivo para ser felices con lo que tenemos. Pero, ¿cómo podemos ser felices cuan
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Rav Avigdor Miller sobre Simcha - alegría y simpatía

Pregunta:

Rav usted dijo que cuando vemos personas que son menos afortunadas que nosotros, debemos usar esa visión como un incentivo para ser felices con lo que tenemos. Pero, ¿cómo podemos ser felices cuando pasamos junto a una persona con una incapacidad que no puede caminar, o alguna otra incapacidad como la parálisis? ¿No estaremos lastimando a esa persona cuando nos ve que somos capaces de funcionar de la maneras que él no puede?

Respuesta:

Y la respuesta es esta:

Hay dos partes en este tema. Una parte es simpatía, sí. Pero eso no es todo.

Esta semana vi en dos lugares algo parecido. Un día vi a un hombre sin un brazo. Y me dije: “Boruch Hashem, tengo dos brazos”. Empecé a sacudir mis brazos así. '¡Tengo dos brazos que funcionan!' Tienes que apreciar tus dos brazos. Una manga de este hombre estaba vacía. Fue enviado min haShomayim para hacerme consciente de que tengo dos brazos; mis mangas están llenas! Me habia olvidado de eso. ¿Toda tu vida te vas a olvidar de ese gran regalo, que tienes dos brazos? Entonces Él te envía recordatorios.

Luego, también esta semana, en otra instancia, vi a un hombre que estaba en silla de ruedas; tenía un solo pie. “Ooh”, dije, “dos pies, ¡qué bendición! Puedo saltar y saltar y saltar. ¡Dos pies! ¡Qué jesed es este que HaShemme otorgó!”

Y tenemos que utilizar esas vivencias. Debemos utilizar esto y aprender a agradecer a Hashem: “¡Oh Hashem! ¡Qué me hiciste que no estoy sentado en una silla de ruedas!” Debes pensar eso. Por eso te lo envió. Esta es una visión concedida con el fin de hacerte más consciente de lo afortunado que eres y de lo mucho que le debes a Hashem.

Al mismo tiempo, tienes que tenerle simpatía. ¡Si! También hay que tener simpatía. No es una contradicción en absoluto. Cuanto más feliz eres, más simpatía sientes por él. “Mira lo feliz que estoy; y no lo tiene. Ah, ah, qué lástima tengo por él. Eso es simpatía. Cuanto más feliz seas, cuanto más reconozcas el regalo, más simpatía sentirás.

Y ahora ¿Qué vas a hacer con la simpatía? No puedo decírtelo ahora; hay varias cosas. Al menos puedes rezarle a Hashem por él: “Hakodosh Boruch Hu, parece un hombre decente, tal vez también sea un judío shomer mitzvot; esperemos que lo consueles y lo hagas feliz a pesar de su discapacidad”. Eso es simpatía, por supuesto que deberías tener simpatía.

Pero la simpatía no debería privarte de aprovechar la oportunidad de aprender a agradecer a Hashem; y siempre, siempre recuerda estar agradecido con Hashem por tener dos manos y dos pies.

 



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