Vivir Reflejando Su Nombre
Continuando y complementando el pedido de la Torá del comienzo de la parashá pasada el cual dice: \"Santos serán pues Yo Soy Santo?\" (Vaikrá 19:2), en esta parashá encontramos que Di-s nos ordena: "Y cuidarán Mis preceptos y los harán; Yo soy Hashem.Y no profanarán Mi Sagrado Nombre, y seré Santificado en medio de los hijos de Israel; Yo soy Hashem que os santifica\" (Vaikrá 22:31,32).
El Rab Shimshón Refael Hirsch explica:
"El Santuario de Di-s se encuentra dentro de cada judío, y tiene por objetivo conseguir que el Nombre de Di-s resida dentro de cada uno.Si logramos hacer esto, el Nombre de Hashem se verá reflejado en nosotros".
La única manera que tenemos para lograr esto, es mediante el cumplimiento de los requisitos que están citados en la Torá, ya que sólo a través de ellos podremos conseguir que el Nombre de Di-s resida en nuestro propio santuario interior.
Ese valor tan importante será considerado por nosotros como "santo", cuando coordinemos cada movimiento que hacemos en base a él. Si cumpliremos cada requisito que cita la Torá lograremos llegar a la finalidad, mas si no los cumplimos nos alejaremos de la meta y estaremos profanando el Nombre de Di-s.
Esta idea ha sido manifestada en el versículo que dice: \"Y verán todos los pueblos de la tierra que el Nombre de Hashem se refleja en ti" (Devarim 28:10).
Si viviésemos de la manera que la Torá nos pide, los demás pueblos verían una conducta especial en nosotros. Pero de momento que dejamos de lado el deseo de D\'os, para preocuparnos por hacer solamente el nuestro, el Nombre de Hashem que está dentro de nosotros es profanado.
Esta es la equivocación de quienes piensan que alcanza con ser un buen judío en el sentimiento, aunque ese sentimiento no se vea reflejado en sus acciones.
Quien quiera ser judío nada más que en el sentimiento, técnicamente tendrá dificultades para santificar el Nombre de Di-s, por el simple motivo de que nadie puede saber qué es lo que él siente, pero quien practica ese judaísmo que siente, manifiesta que lo hace por Di-s, logrando así santificar Su Nombre.
Y esto es lo que ocurrió con Bilam cuando se propuso maldecir al pueblo de Israel diciendo: "Pues desde la cima de los montes lo veo y desde las colinas lo diviso; un pueblo que reside solitario y no es considerado entre los demás pueblos" (Bamidbar 23:9).
Rashí explica que la intención de Bilam al comienzo del versículo fue decir: \"Yo observo su inicio y el comienzo de sus raíces, y los veo bien asentados y fuertes como los montes y las colinas, mediante sus patriarcas y matriarcas\".Consecuentemente, ellos logran mantenerse apartados, sin asimilarse entre los demás pueblos.
Luego de esa primera impresión, Bilam agrega: "Que muera mi alma una muerte de justos, y que sea mi final como el de ellos" (versículo 10). Es decir que al ver que el pueblo judío era un pueblo especial, Bilam deseó morir como ellos.
Vemos que el pueblo judío mediante su conducta logró santificar el Nombre de Di-s, hasta tal punto que alguien que los odiaba tanto como Bilam pudo llegar a ver la gran virtud del pueblo, y por eso tuvo admiración de ellos .Pero la equivocación de Bilam fue que pidió morir como un judío ejemplar - y no vivir como tal.
La grandeza de los judíos no reside solamente en el hecho de que durante toda la historia de nuestro pueblo entregaron su vida para morir como judíos fieles, sino que a pesar de todas las persecuciones lucharon por vivir cada instante según los preceptos de la Torá, a pesar de que el costo era, a veces, muy alto.
Uno de los desafíos más grandes que tenemos en nuestra generación es poder vivir aferrados a nuestras raíces, sin ser arrastrados por la fuerte corriente que nos rodea. Esta cualidad la encontramos en Abraham Avinu, como lo atestigua el versículo: "Y Abraham era anciano; entrado en años" (Bereshit 21:1).
Nuestros Sabios explican que la intención de la Torá al decir que Abraham había "entrado en años" es enseñarnos que cada día de su vida fue aprovechado al máximo, para llegar al objetivo final que quería alcanzar: vivir cada instante según el deseo de Di-s, y de esta manera darle a Él satisfacción.
Si hemos decidido tomar la decisión correcta, podremos santificar el Nombre de Di-s que está en nuestro corazón. Consecuentemente Su Nombre también será santificado a ojos de los demás pueblos y habremos logrado demostrar por qué somos el pueblo elegido.
Más importante que el judío disfrute de una extensa vida, es que su vida disfrute de un pleno judaísmo.
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