Aquí hay un tema que siempre vale la pena abordar
Pregunta: ¿Cuál es el secreto de la felicidad?
1) Todos necesitamos un propósito en la vida. ¿Alguna vez te has preguntado "¿Para qué es todo esto?” O "¿Cuál es el propósito de todo lo que me pasa?"
2) No estamos aprovechando todo nuestro potencial. ¿Ganar más dinero realmente nos hace sentir mejor? ¿Hay algo más importante en la vida que acumular riqueza?
3) Todos queremos ser "grandes". Nadie quiere ser mediocre. ¡Todos queremos ser especiales!
4) Nos dirigimos a Di-s pidiendo ayuda. No recurramos a Di-s solo en el momento de la compresión. No es agradable ni inteligente esperar señales negativas para recordarlo. Preguntémonos "¿Qué es lo que Di-s quiere de mí ahora?"
5) Todos queremos ser buenos. La gente incluso desea morir para ser buena. Si hay algo por lo que estaríamos dispuestos a morir, entonces valdría la pena vivir.
6) Sentirse responsable por el mundo. La gente se rinde fácilmente al enfrentar problemas, diciendo "¿Qué puedo hacer?" O "Es demasiado para soportar". Si supieras que al detener tus actividades durante 6 meses, podrías llevar la paz a muchas regiones en guerra, ¿verdad? Y si no lo hicieras, ¿cómo te sentirías?
Preguntas para ayudarnos a mantenerse en contacto con la vida
1) A los 20 años, soñaba con lo que le gustaría ser o hacer. ¿Estás viviendo este sueño?
2) ¿Qué te gustaría decir en tu elogio (discurso de lamento por un fallecido)?
3) ¿Quién es tu héroe? ¿Por qué?
4) ¿Cuándo te sientes más significativo?
5) Si pudieras hacer algo muy importante, ¿qué harías?
Porción semanal de la Torá Parashat Yitró
Shemót (Éxodo) 18 01 - 20 23
Esta es la porción semanal que nos “informa” sobre los Diez Mandamientos. ¿Sabía que hay diferencias entre los Diez Mandamientos que se mencionan aquí (Shemot 20 1-14) y los reportados en el libro Devarim (5 6-18), el quinto libro de la Torá? (Sugerencia solicite a sus hijos que encuentren las diferencias, como en un juego de mesa de Shabat hay aproximadamente 30 diferencias).
Antes de entregar los Diez Mandamientos, el Todopoderoso le dijo a Moshé que informara al pueblo judío “Y ahora, si me escuchas con atención y observas mi pacto, serás para mí el tesoro más querido de todos los pueblos, porque el mundo es mío. Deben ser para mí un reino de Cohanim (sacerdotes, un modelo de conducta para el resto del mundo) y una nación santa "(Shemót 19 5-6).
El suegro de Moshe, Yitró, se une al pueblo judío en el desierto, aconseja a Moshe sobre la mejor manera de servir y juzgar al pueblo, nombrando una jerarquía de tribunales y jueces intermedios, y regresa a Midián, su tierra natal. Los Diez Mandamientos son entregados, los dos primeros se escuchan directa y personalmente de Di-s, por cada judío. Luego, el pueblo le pidió a Moshé que fuera el intermediario en la transmisión de los ocho mandamientos restantes, ya que toda la experiencia fue muy intensa para ellos.
La porción concluye con lo que el Todopoderoso le dicie a Moshé, que instruya al pueblo judío a no hacerl hacer imágenes de Di-s. Luego se les ordena construir un altar de piedra, pero sin usar ningún instrumento metálico en su construcción.
Dvar Torah basado en el libro Love Your Neighbor, del rabino Zelig Pliskin
La Torá declara "No codicies" ... (Shemót, 20 14)". ¿Qué quiere decir la Torá con codiciar?
Codiciar significa querer algo que pertenece a otra persona y presionarlo para que venda o entregue el artículo que está siendo codiciado. No importa si la persona presiona personalmente a la otra o le pide a algunos amigos que lo hagan. Además, el acto mismo de desear algo de otra persona ya es una transgresión en sí misma, como se afirma en la Torá: que no quieras la casa de su vecino, su buey o su burro, ni nada que le pertenezca (Devarim 5 18 ).
El Rambam, el rabino Moshe ben Maimon (1135-1204), también conocido como Maimónides, nos enseña que el deseo de algo que pertenece a otro individuo conduce a la codicia (a presionar a la persona para que lo venda), lo que a su vez conduce al robo, porque si el codiciador desea mucho la posesión del otro y no puede adquirirla mediante el pago, incluso puede terminar robandola. Y si el propietario va a proteger su posesión del robo, el envidioso incluso está dispuesto a matarlo, como en el caso informado por la Torá con el rey Achav, que quería un campo perteneciente a un sujeto llamado Nevó, quien se negó a venderlo. Ustedes pueden imaginar lo que pasó… ¿verdad? (lo podrán leer en el Libro de Melachim -Reyes 1, capítulo 21
¿Cómo podemos vencer nuestros deseos? ¿Cómo evitar la avaricia? La respuesta es que necesitamos entrenarnos para estar satisfechos con lo que Dios nos ha dado. Tenemos que darnos cuenta y comprender que lo que Él le dio a cierta persona es necesario solo para ese individuo y está completamente fuera de nuestros límites. No siempre lo que creemos que es bueno para nosotros nos beneficiará, pero lo que honestamente hemos logrado, ¡ciertamente es tuyo! como lo dice la Mishná en pirke Avot :¿Quién es el rico? ¡el que está contento con su parte!