En el pasado, cuando se votó la partición del aTierra de Israel - lo que se llamaba en aquel entonces Palestinaen la ONU, esto sucedió antes del año 1948. Observamos con mucha sorpresa que la comunidad internacional, varios países que no necesariamente eran amistosos con los judíos, ayudaron a Israel de una manera poco comprensible, sobre todo si tomamos en cuenta que a lo largo de la historia los pueblos del mundo se dedicaron a explotar económicamente y físicamente a los judíos: les impusieron impuestos exorbitantes, los despropiaron de sus bienes, les robaron abiertamente y los hicieron sujetos de violentas persecuciones.
Entonces, nos preguntamos, ¿Qué es lo que ha provocado este súbito cambio en épocas recientes? La Unión Soviética, incluso, en el pasado ayudó al establecimiento del Estado de Israel a través de un fuerte apoyo político. Como dato interesante, ellos fueron los primeros en reconocer "de jure" al estado judío, además de ayudarlo con envíos de armas "sobrantes" a través de Checoslovaquia.
Más tarde, Alemania misma ayudó económicamente a Israel por medio de pagos de reparación a las víctimas del Holocausto y ayuda financiera al Estado de Israel.
Posteriormente, Francia proporcionó armamentos a Israel especialmente los aviones Mirrage que fueron usados en la Guerra de los 6 Días. Luego, al abandonar Francia a Israel y pasarse del lado de los árabes, los Estados Unidos entraron en escena, dispensando a Israel una ayuda superior a la de las demás naciones que hasta el día de hoy es inmensamente grante y notoria. Este apoyo llegó a tal grado que, desde hace varios años, los americanos han proporcionado una ayuda económica y militar a Israel de billones de dólares por año.
Sin embargo, la ayuda proporcionada por los pueblos del mundo a Israel es algo que ya le había sido prometido por D-os mismo, tal como se afirma en el Midrash:
'"Os he jurado, hijas de Jerusalén'. Este juramento, ¿para qué? De hecho, es un (juramento) para el templo que construyó Salomón, uno para el que construyó Ezra, y el presente juramento para el futuro. En todos ellos el Santo, Bendito sea, hizo jurar a los pueblos del mundo que lo ayudaran a construir..."(Midrash Shir HaShirim 8:4).
Esta “gran” ayuda, según todo lo que parece ser, paulatinamente disminuye y ahora las naciones ejercen presiones sobre nosotros por todos los medios posibles. No obstante, a pesar de todos los temores que mencionamos anteriormente, se puede encontrar un aliento, una esperanza, en lo que fue escrito en el libro "Maayanei HaYesuá" (citado en la obra "Ayelet HaShajar", pág. 176):
"La Geulá la redención principal no consiste únicamente en que Israel se libere de las cadenas del exilio, sino en la revelación de una luz novedosa que sea radiante y maravillosa a tal punto que no tenga paralelo alguno con nada que se encuentre en la existencia actual. Por consiguiente, no es posible alcanzar el mérito de esta luz a través de cualquier ayuda por parte de las naciones del mundo. Por el contrario, cualquier apoyo proporcionado por las naciones, desvirtúa la redención y obstaculiza la manifestación de su santidad.”
"Y si ocurriese que, en ocasiones, Israel es ayudado por los pueblos del mundo a liberarse del exilio, ello se enmarca dentro de lo que el versículo afirma: "riquezas tragó y las vomitará". Cuando llegue el momento previsto para que la redención se haga manifiesta, Israel vomitará toda la ayuda que recibió de ellos, y los pueblos se arrepentirán de haberles ayudado y se convertirán en sus perseguidores. De este modo se cimentará el camino que conduce a la luz de la redención con la aureola de su majestuosa belleza y la santidad de su esplendor.
"El proceso de la redención de Egipto constituye el esquema del proceso que asumirá la redención futura. Al principio se le exigió al Faraón que permitiese salir a Israel, y cuando Moisés le dijo: También vos entregaréis en nuestras manos ofrendas y sacrificios para que las ofrezcamos a nuestro D-os', el Faraón consintió en ello y envió incluso a un conjunto de gente llamado "erev rav", portando ofrendas y sacrificios, además de acompañarlos por el camino.
Con todo, en una situación como lo estaba, el pueblo de Israel no podía todavía salir de Egipto abiertamente y orgullosos de hacerlo. Fue sólo después de que el Faraón se arrepintió de lo que había hecho e inició la persecución de Israel, que se materializó en ellos lo que está escrito en el versículo: Y los hijos de Israel salieron abierta y orgullosamente --literalmente, "con el brazo en alto y extendido".
"Así también ocurrirá en el futuro: al principio las naciones permitirán que los judíos tomen posesión de su tierra, pero esto únicamente será para que salgan de su exilio. No obstante, al llegar el momento en que se manifieste la redención con toda la majestuosidad de su esplendor y la santidad en su plenitud, entonces todos los pueblos se transformarán en sus perseguidores, y entonces Israel será consagrado en su totalidad al Eterno y se revelará el Mesías hijo de David."
Estos sucesos no ocurrieron exclusivamente cuando Israel salió de Egipto, sino cada vez que Israel regresó a su tierra: al principio regresaron con la aprobación del rey que gobernaba la tierra, y después ese mismo gobernante se retractó de su aprobación. Así ocurrió al salir de Egipto y así ocurrió con los que regresaron de Babilonia al inicio de la época del Segundo Templo. Al principio el rey Ciro dio su aprobación y promulgó el famoso edicto a este respecto que está consignado al final del libro de Crónicas (Divrei HaYamim) y comienzos del libro de Ezra. Después de ello, tal como se explica en el Midrash Raba (a Shir HaShirim, capítulo 2), al ver que su tierra carecía de los hombres capacitados que habían partido a la tierra de Israel, su sentimiento de simpatía se transformó en odio.
Posteriormente, ya con Ajashverosh, la relación se había deteriorado a tal punto que incluso aceptó la maledicencia de los samaritanos y su proposición de que se impidiera la construcción del Santo Templo, transformándose además en un enemigo implacable de Israel al grado tal que nuestros sabios lo compararon a Haman en su voluntad de exterminar al pueblo judío.
También en nuestra época, el gobierno de la Gran Bretaña al principio expresó por medio de la Declaración Balfour sus intenciones de ayudar a los judíos para que éstos reconstruyeran su hogar nacional en la tierra de Israel, pero, no pasó mucho tiempo, y después cambiaron de idea otorgándoles a los árabes las tierras que se localizaban al otro lado del Jordán. Cuando después de 30 años de “conquista” se retiraron con la cola entre las piernas, ayudaron al ejercito subversivo árabe con armamentos y “haciendo la vista gorda” de todos los actos terrorista que causaron en contra de la población judía del nuevo estado.
No sólo eso, sino que también promulgaron el infame "Papel Blanco", la cual casi anulaba todo el sentido de lo contenido en la declaración anterior, prohibiendo la entrada de judíos a la Tierra ancestral.
En nuestra situación actual, también ocurrió que las naciones otorgaron su aprobación al establecimiento del Estado de Israel, pero ahora, según todas las apariencias, paulatinamente comienzan a oponerse a él.
Todos los eventos que estamos viviendo, el levantamiento de Ishmael, el terrorismo, la crueldad con la que las naciones reprochan las decisiones del Estado judío, son parte del desarrollo de los Jevelei Mashiaj, los dolores del parto antes del nacimiento del redentor de Israel
Todo, todo esto está destinado a preparar el advenimiento del fin de los tiempos.