La Haftara de la Parashá Bamidbar - Oshea (Oseas) 2-1:22
Para la lectura de la haftará de esta semana ha sido escogida una sección del libro del profeta Oshea, perteneciente al libro de Teré Asar (los doce profetas que por ser sus libros de pequeñas dimensiones han sido juntados en uno solo).
"Y será el número de los hijos de Israel como la arena del mar que no será medida ni contada, y será que en lugar de que les sea dicho a ellos: 'Ustedes no son Mi pueblo', será dicho de ellos: 'Hijos del D'os viviente'" (2:1).
Así comienza nuestra haftará, y Nuestros Sabios en el Talmud aprendieron de este versículo que está prohibido contar a judíos incluso para una mitzvá, por ejemplo para saber si hay 10 judíos en la sinagoga.
Rabí Meir Simja Hacohen de Dvinsk (1843 - 1926) en su libro "Méshej Jojmá" pregunta: ?or qué Nuestros Sabios no aprendieron esto del versículo de parashat Vaishlaj cuando Iaacov le reza a D'os: "Y Tú dijiste, haré el bien contigo y convertiré a tu descendencia como la arena del mar que no será contada por su gran número" (Bereshit 32:13)?
Explica nuestro autor que cuando los hijos de Israel están unidos unos con otros, ellos se asemejan al polvo de la tierra que cuando está en su lugar natural no tiene ninguna importancia especial y pasa desapercibido. Pero a diferencia del polvo de la tierra, la arena está compuesta por muchos pequeños granitos.
Antes de concebir a sus doce hijos, Iaacov quería que ellos difundieran su idea sobre la Divinidad y que ésta se esparciera entre todos los pueblos del mundo. Y es por eso que D'os le había asegurado a Iaacov: "Y será tu descendencia como el polvo de la tierra" (Bereshit 28:14), pues todos los pueblos del mundo verían la gloría del pueblo de Israel al servir en conjunto al D'os Único, así como el polvo de la tierra permanece junto y unido en un sólo lugar.
Pero después de que Iaacov los concibió y vió que su descendencia esparciría su idea de la Divinidad, él tuvo miedo de que ocurriese lo opuesto: que sus hijos se entremezclen con los otros pueblos asimilándose a sus culturas y creencias y anulándose entre ellos al igual que el polvo de la tierra, y por eso Iaacov le pidió a D'os: "Sálvame de mi hermano…" (Bereshit 32:12), para que su descendencia no se asimile, sino que quede siempre separada de los demás pueblos.
Y por eso Iaacov le dijo a D'os en su rezo: "Y Tú dijiste… será tu descendencia como la arena del mar" (Bereshit 32:13) a pesar de que D'os le había asegurado que su descendencia sería como el polvo de la tierra, pues Iaacov le estaba pidiendo a D'os que a pesar de que hayan entre sus hijos separaciones e incluso que hayan algunos judíos que tuvieren sólo el apellido, de todas formas él le imploraba a D'os que los demás pueblos no los destruyan y que su descendencia sea como la arena - que es como un muro de contención ante las olas del mar. Iaacov le pidió a D'os que cuando los pueblos del mundo quieran venir en contra de sus hijos, como las olas del mar sobre la costa, incluso los más bajos de Israel se unan en su contra para protegerse.
Pero esto puede ocurrir sólo cuando ellos son contados en conjunto, estando todos juntos, es decir, en la orilla del mar. Pero contar una parte de ellos, requiriendo para ello separar a algunos individuos está prohibido, así como nos enseña aquí el profeta Oshea al decir que la descendencia de Israel: "no será medida ni contada", contando a cada individuo por separado.
Y por eso dijo el profeta: "Y será el número de los hijos de Israel como la arena del mar que a pesar de que está compuesta por pequeños granitos separados, todos juntos pueden anular la acción de las olas del mar sin asimilarse, y por eso termina el profeta diciendo: "y será que en lugar de que les sea dicho a ellos: 'Ustedes no son Mi pueblo', será dicho de ellos: 'Hijos del D'os viviente'".