"Un Censo Especial"
Al comienzo de nuestra parashá, encontramos que D'os le pide a Moshé Rabenu que cense al pueblo de Israel.
La pregunta que espontáneamente surge es: Si D'os sabe cuántas personas conformaban el pueblo en general, así como también cuántos integrantes poseía cada una de las doce tribus en particular, entonces, ¿para qué le ordenó a Moshé censarlos?
Uno de los comentaristas nos dice que D'os no ordenó el censo porque Él lo necesitaba, sino que el objetivo que éste perseguía era procurar el beneficio del pueblo, ya que la realización de ese censo significaría un apoyo psicológico muy grande para los judíos.
El pueblo de Israel fue esclavizado por más de dos siglos en la tierra de Egipto. Durante este periodo los egipcios lograron destrozar totalmente la moral colectiva del pueblo, así como también la autoestima de cada individuo. El sueño de ser libres y poder formar una nación se veía muy lejano.
Pero finalmente el milagro ocurrió, y D'os envió a Moshé Rabenu para que saque al pueblo de la tierra de Egipto.
Ahora veamos cómo se realizó el censo.
D'os le ordenó a Moshé contar a los judíos de una manera especial. El versículo dice (Bamidbar 1:2): "Censen a toda la congregación de los hijos de Israel de acuerdo a sus familias y la casa de sus padres, acorde con el número de nombres, todo varón de acuerdo con sus cabezas".
Este censo no sería similar a cualquier otro. Generalmente, cuando se realiza un censo se cuenta a todos los habitantes del país para llegar a la suma total de ciudadanos que lo componen. Pero en este caso, se debía contar a cada judío junto a su familia, no como una cifra o un número más, sino inscribiendo el nombre de cada persona, para luego ser agregado a la gran lista que conformaba el conjunto del pueblo de Israel.
La respuesta a esta pregunta complementa lo que explicamos al comienzo. La intención de la Torá al detallar el total de las personas que componían cada tribu, era concederle a cada una de las tribus un lugar particular y una importancia específica dentro del pueblo de Israel, pues eso les haría recobrar su moral, al ver que cada tribu era valiosa y preciada a ojos de D'os.
Y esta misma técnica fue usada para unir a las familias del pueblo entre sí. Por eso, Moshé debía censar dentro del conjunto de los integrantes de cada tribu a cada familia por separado, para mostrar que también dentro de cada una de las tribus, cada familia poseía su propio lugar y su importancia particular.
Aún más, D'os sabía que si mejoraría la autoestima de cada judío por separado, automáticamente eso influiría en la moral colectiva del pueblo de Israel. Y por este motivo, es que D'os le ordenó a Moshé que se escribieran detalladamente los nombres de cada una de las personas censadas, y no que sean contados simplemente como un conjunto de personas. La persona que veía su nombre dentro de esa extensa lista, sentía que también él era valioso y preciado a ojos de D'os, y por otro lado, que ocupaba un lugar imprescindible dentro del conjunto de los hijos de Israel. De esta manera, cada persona se sentía identificada con los demás integrantes del pueblo de Israel.
Así, podemos comprender cómo es que este censo ayudaría a elevar la moral y el ánimo de cada integrante del pueblo, logrando, en definitiva, formar una base fundamental común para mantener al pueblo firme y erguido en su camino.
Además del censo, otro hecho que ayudó notablemente a los judíos a consolidarse como un pueblo organizado, fue la formación de cuatro campamentos que acampaban alrededor de la Tienda de Reunión - al Norte, Sur, Este y Oeste de la misma. Cada campamento estaba conformado por tres tribus, y se identificaba con una bandera propia.
Este hecho aparentemente trivial, tendía a desarrollar en cada persona (y cada familia) un sentimiento de identificación especial con la tribu y el campamento al cual pertenecían, el cual representaba un incentivo adicional para aportar lo máximo de cada uno para el bien de su comunidad.
Todo esto nos enseña que, a pesar de que cada judío tiene un gran valor y una importante misión que cumplir en este mundo, su grandeza y valor finalmente dependerá de su grado de conexión con el conjunto del pueblo. A pesar de que por sí misma, muchas veces la persona puede llegar a obtener grandes logros en la vida , trabajando en conjunto se lograrán obtener mejores resultados.
Por más afinado que suene cada instrumento por separado, no se podrá componer una perfecta sinfonía sin la participación de los demás instrumentos que componen la orquesta.
El sonido de un piano, una guitarra o cualquier otro instrumento puede llegar a ser muy bello por separado, pero cuando en una orquesta cada instrumento cumple su propia función, tocando su melodía particular mientras está armoniosamente insertado dentro del ritmo y la melodía de los demás, el resultado es una pieza musical mucho más bella.
Lo mismo ocurre con cada uno de nosotros. El valor que podemos llegar a tener como individuos tal vez sea muy grande, pero nuestro potencial como pueblo sólo podrá ser explotado al máximo si cumplimos correctamente con nuestra función particular e individual, sin alejarnos de nuestra comunidad y nuestras raíces colectivas.