Rav Salomón Michan
Vida Judía

Jesed - Nacimos para ayudarle el projimo

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Jesed:

Nacimos para ayudarle el prójimo:

Escribió Rab Jaim MiVolojin: [1]

La persona no nació para sí mismo, sino nació para ayudarle al prójimo, en todo lo que pueda y esté a su alcance hacer”.

Aprenderemos en este documento, la gran virtud de ayudarle al prójimo.

El Rab Shimón Shkop escribió que debemos ser conscientes de que una de nuestras principales funciones en este mundo, es la de ayudar a los demás, y esta obligación está incluida en la mitzvá de asimilarse a Hashem, [2] quien constantemente ayuda a la humanidad

Nos dice el NAJ: ¿Qué pide Hashem de nosotros? “Que amemos el Jesed”, no basta con hacer Jesed, sino debemos amarlo. [3] Cuando amamos el Jesed, siempre lo perseguiremos. No basta con hacer Jesed únicamente cuando nos llegue; sino debemos perseguirlo, buscarlo,  hacerlo y amarlo.

Hay una regla de oro en la Mitzvá del Jesed: “Deja de pensar en ti, y piensa en los demás”.

Preguntó un Jajam: Si la derecha es tan importante, ¿por qué el corazón está de nuestro lado izquierdo?

La respuesta es: Realmente el corazón está del lado izquierdo, pero el compañero nos ve de frente y para él está del lado derecho. Vemos de aquí, que el corazón es para el compañero.

Se hizo una investigación en Europa, y se dieron cuenta que la palabra que más se usa en el teléfono, es “I” – “Yo”. Debemos pensar más en los demás. Quien quiera ser más feliz, debe pensar más en el compañero. Debemos rezar por los demás, debemos pedir por los demás, debemos ayudar a los demás, debemos aconsejar a los demás, debemos consolar a los demás, etc.

Existe una Mitzvá, que se llama: “Bikur Jolim” – “Visitar a los enfermos”. Hay una opinión que dice, que la persona que va a visitar a un enfermo y luego en su Tefilá no pide por él, no se considera que hizo la Mitzvá de Bikur Jolim, ya que la raíz de la Mitzvá es, ver al enfermo, para pedir por él.

 

La grandeza del Jesed:

Dice la Mishná: Unas de las Mitzvot que tienen su pago en el mundo venidero y disfruta sus frutos en este mundo, es la Mitzvá del Jesed. [4]

Dice la Guemará: ¿Qué debe hacer la persona para salvarse de los sufrimientos de cuando llegue el Mashiaj? Contesta la Guemará: Que se ocupe en Torá y en hacer Jesed. [5]

Dice Shlomo Hamelej: “Bejesed Beemet, Yejupar Avón” – “Por medio del Jesed verdadero, se perdonan los pecados”. [6]

Cuando alguien hace un Jesed con nuestro hijo, nunca lo olvidamos. Así pasa exactamente con Hashem; al ver Hashem que tú quieres a su hijo y lo alegras, “esa es su mejor satisfacción”.

“Líder no es el que humilla a los demás, sino el que se preocupa por ayudar a los demás”.

·        Has todo el favor que puedas.

·        Por todos los medios que puedas

·        De todos los modos que puedas

·        En todos los lugares que puedas

·        Todas las veces que puedas

·        A toda la gente que puedas

·        Y mientras puedas.

·         

“El éxito está en ayudarle al prójimo”.

Todo el Jesed que tú haces te regresa, mientras  más frecuente lo hagas mas te rebota. Se puede comparar con una pelota que se rebota en la pared. Mientras más duro se eche, más rebota. Así mismo el Jesed: Mientras más se da, más recibirá.

Jesed a nuestros parientes cercanos:

Existe un orden de preferencias que escribe el Rambam, de a quién le debemos hacer Jesed primero, segundo, tercero, etc.

Mientras más cercana la persona, es preferencia.

Muchas veces tratamos de ser el mejor y el sobresaliente en hacer Jesed con todo el mundo; pero se nos olvida hacer Jesed en nuestras casas.

En una ocasión, en una noche de lluvia, llegó un Jajam a casa de un hombre rico, para pedirle Tzedaká. El hombre rico estaba dispuesto a darle todo lo que le pida, hasta el grado, que el hombre rico le dijo al Jajam, que la cantidad que quiera, la escriba en el cheque.

El Jajam, escribió una cantidad grande y sólo faltaba el nombre de quién iba ir el cheque.

El hombre rico pensó que era para algún hombre pobre de la ciudad, o incluso para el mismo Jajam. Pero cuando el Jajam le dijo que ponga el nombre de su hermano (hermano el hombre rico); el hombre rico se quedó pálido y le costó trabajo escribir ese nombre.

Muchas veces apoyamos a nuestro país, a otros países, a viudas, huérfanos, etc., pero se nos olvida ver a nuestros propios hermanos de sangre, o se nos olvida ayudar a nuestras parejas en la casa o con los niños.

Dijo Shlomo Hamelej: “Karmí Sheli Lo Natarti” – “Mi viñedo no lo cuidé”. [7] Muchas veces cuidamos el viñedo de los demás, pero se nos olvida ver nuestro propio viñedo, que es nuestra familia directa.

Podemos pensar que no hacemos Jesed con nuestra esposa o con nuestros hermanos, ya que tenemos más confianza con ellos; pero realmente no es confianza; sino Yetzer Hará. El primer Jesed que debemos hacer, es con nuestra pareja.

La Guemará dice, que debemos amar a nuestra esposa igual que uno mismo y debemos honrarla más que uno mismo. [8] Darle respeto a la mujer, es el mejor Jesed que ella espera. La Berajá de la casa, llega por la mujer. La mejor Segulá que podemos encontrar, es respetar a nuestra esposa; ya que ella es la fuente de las bendiciones.

En víspera de Sucot llegó un joven con un Etrog para que el Gaón Rab Shimón Aisén se lo revise y le dé su opinión. El Rab lo miró detenidamente; el Etrog estaba perfecto sin embargo el Rab le expuso:

“No te lo recomiendo, no es para ti”. Confundido el joven preguntó:

-“¿Qué tiene de malo?”, el Rab le explicó: -“Este Etrog es perfecto, seguro que por él pagarás mucho dinero. Mi consejo es que gastes menos y que con el dinero le hagas un regalo a tu mujer, así conseguirás la felicidad más auténtica y real de las fiestas”.

Cuentan que Rab Israel de Salant le preguntó a su alumno Rab Naftali Dov Ámsterdam luego de la boda si hacia actos de generosidad, el alumno le respondió: “Maestro, la verdad es que mi situación económica no da como para ayudar” entonces Rabí Israel le aclaró –“No me refería a caridad con los demás, mi pregunta era si eres generoso con tu nueva esposa. Cuando te casaste fue para dar, no para tener alguien que te atienda, la generosidad comienza por casa”.

Le preguntaron a Rab Menajem Man Shaj zz"l, referente si los Abrejim debían sacar su Maaser, ya que su ingreso económico es muy bajo y no les era posible sacar su diezmo.

Rab Shaj les contestó que en vez de dar su diezmo de su sueldo; deberían dar su diezmo pero en tiempo para ayudar y apoyar a gente.

El plan era que cada Abrej ofrezca el 10% de su tiempo, exclusivamente para dar clases a familias que lo requieran y ofrecer sus servicios a gente que lo necesita.

Se iba a hacer un sorteo con papeles doblados con nombres de familias que requerían tiempo de un Abrej.

Uno de esos Abrejim, sacó un papel y se dio cuenta que el nombre de esa familia, era su esposa e hijos, que querían tiempo de alguien, ya que su esposo no les daba el tiempo suficiente para estar con su esposa e hijos.

Este Abrej se dio cuenta que debía atender mejor a su familia.

Cuentan que el Saba de Kelem los viernes por la noche apenas llegaba a su casa se detenía junto a la puerta contemplando la hermosa mesa de Shabat que había preparado su esposa; esto lo hacía para que ella sintiera que su trabajo era bien apreciado y reconocido

  “La persona que hace Jesed en su casa, se le considera como si hizo Jesed toda su vida, en todo momento”.

La persona que hace Jesed en la calle y no en su casa; es totalmente falso. Lo que brilla, es lo oculto. El Jesed para que lo vea la gente, no vale; el verdadero Jesed es ayudar a los demás ocultamente y no para llamar la atención.

Incluso el Jesed, aplica con uno mismo. Mantener nuestro cuerpo sano, comer bien, dormir bien, hacer ejercicio, etc., es hacer Jesed con nuestro cuerpo. Estar contento (por supuesto con lo que la Torá permite), se considera Jesed.

Cuando Hashem dijo: Naasé Adam” –  “Hagamos al hombre”, [9] hay comentaristas que explican el Versículo, que: Hashem le dijo al hombre: “Hagamos al hombre”; es decir, Hashem le dijo al hombre: ustedes mismos cuiden sus cuerpos. Yo les doy el alma y ustedes cuiden su parte física.

Dicen los Jajamim: ¿Cuál es el mejor Jesed que uno puede hacer con el compañero? “Acercarlo a Hashem para que cumpla con la Torá y Mitzvot”.

La persona que le ayuda al compañero económicamente, moralmente, socialmente, etc., esa ayuda aplica únicamente en este mundo limitado; pero la persona que acerca a su compañero al trabajo de Hashem, le está dando una vida eterna. [10]

Hoy en día, somos muy egoístas, pensamos mucho en nosotros mismo, y se nos olvida “ver” a nuestros compañeros y hermanos Yehudim; debemos activarnos y “compartir” todo lo que podamos; eso nos traerá felicidad. Al ver que podemos ser participes en la felicidad del otro, nos trae felicidad en la vida.

Por medio del Jesed, puedes lograr crecer como persona, y adquirir una categoría muy grande de Yehudí, ya que demuestras que lo que te manda Hashem, eres capaz de compartirlo con los demás. Entonces en ese momento, Hashem te mandará más.

 

Dar a los demás:

Dijo el rey Shlomo: “Soné Matanot Ijiyé” – “El que odia los regalos, vivirá”. [11] Nos enseña Shlomo Hamelej, que a este mundo no venimos  a recibir, sino a dar.

“Dar es lo que abre la puerta para recibir”.

1.      Dar es una alegría verdadera e interna. El dar, es un sentimiento del alma, ya que es una alegría que queda para toda la vida; a diferencia de otro placer, por ejemplo, el comer los mejores manjares, estos se van y se olvidan, pero el hecho de dar, se queda para toda la vida.

2.      Dar es una necesidad. Janá recibía todo de su marido, como alimento, placeres, ropas, amor, etc., pero se sentía vacía, ya que no tenía hijos, y no tenía la oportunidad de dar. Vemos hoy en día, que incluso los Goyim tienen la necesidad de dar, por eso necesitan tener perros, gatos, plantas, etc., ya que todo mundo tiene la necesidad de dar.

3.      Dar es recibir. Lo que uno da, es lo que recibirá al final. Esto lo vemos con la plática que tuvo Rabí Akiba y Turnustrufus, que éste le preguntó a Rabí Akibá por qué Hashem no le daba dinero a los pobres directamente; a lo que Rabí Akiba contestó que Hashem nos da la oportunidad de dar, a nosotros los Yehudim, para recibir luego un buen pago. Todo el que se apiada de las personas, del cielo se apiadan de él; pero el que no se apiada de las personas, del cielo no se apiadarán de él.

Adam Harishon estaba sólo en el Gan Eden. Hashem le mandó una mujer, ya que no es bueno que el hombre esté sólo, por cuanto que el hombre nació para dar y no para recibir.

Existe una Mitzvá en la Torá de seguir los caminos de Hashem, así como está escrito: “Vehalajtá Bidrajav” – “Y andarás en sus caminos”. [12]

Explica la Guemará, que este versículo se refiere, a que debemos asimilarnos a los caminos de Hashem. Así como Hashem es piadoso, uno debe ser piadoso; así como Hashem es misericordioso, uno debe ser misericordioso, etc. [13]

Así como Hashem hace mucho Jesed con nosotros, al darnos la vida, al darnos manutención, al darnos salud, etc., igual nosotros debemos hacer mucho Jesed con nuestros compañeros.

  ¡Desdichado el mendigo que no conoce el placer de dar!

¿Por qué la persona quiere tener hijos? Porque el hombre tiene la necesidad de dar y no siempre recibir.

Existe gente “Takers” y “Guivers” ¿Quién eres?

La persona debe sentirse como rey, pero no para humillar o sentirse más que los demás o dar órdenes, sino para lo positivo: “Para dar a cualquier persona”.

¿Como te puedes ir a dormir, sin haberle ayudado a un Yehudí hoy? La persona Tzadik, es quien carga a un hermano Yehudí encima de él. Esto lo vemos en la letra Tzadi, que está cargando a la letra “Yud” que representa al Yehudí. “?

 

Cuentan sobre Rab Naftali Tzbi de Rufshitz, que cuando era niño de 3 años, estaba estudiando en la escuela. Cuando le iban a enseñar a leer el nombre de Hashem, el maestro le dijo que cuando vea 2 puntos juntos, tendrá que leer el nombre de Hashem (en algunos libros, está escrito el nombre de Hashem con 2 Yud juntas, “??”). Cuando el niño acabó de leer el versículo, se encontró con 2 puntos, y dijo el nombre de Hashem; pero estos, eran dos puntos que demuestran que ahí termina el versículo (“:”). El maestro le dijo que eso no era el nombre de Hashem; a lo que el niño le preguntó, cuál era la diferencia entre 2 puntos juntos y 2 puntos uno arriba del otro. El maestro inteligentemente le explicó lo siguiente: Cuando hay 2 puntos uno junto al otro, es el nombre de Hashem; pero cuando un punto está arriba del otro, no es el nombre de Hashem; así como los Yehudim: Cuando un Yehudí le ayuda a otro Yehudí y siempre está a su lado; ahí se encuentra Hashem; pero si un Yehudí está encima de otro Yehudí, ahí Hashem no reposa.

 

Dijo David Hamelej en el Tehilim: “Ciertamente el bien y el favor me seguirán todos los días de mi vida”. [14] David Hamelej rezaba, que el favor lo persiga toda su vida. Que sea en lo único que se ocupe.

Debemos hacer Jesed con nuestra Neshamá. La Neshamá se enferma con las comidas Taref. La Neshamá se enferma con los pecados. Cuidemos nuestra alma pura que Hashem nos dio.

Hay dos detalles que debemos tener al hacer el Jesed

·        Agilidad:

·        Alegría:

Las personas que se dedican a hacer Jesed, Hashem los escoge para que sean exitosos y únicos.

 

Hacer sentir bien a los demás:

Una de las preguntas que nos harán cuando lleguemos al Shamaim será: ¿Imlajta Et Jabereja? – ¿Hiciste sentir bien a tu compañero? [15] Es muy importante hacer sentir bien a los demás. Que no se sientan de menos, incluso que tengan carencias en algún contorno de la vida.

Escribió el Rambam: Cuando hagas favores a alguien, hazlo sentir que se hace con gusto el favor.

Cuando tengas invitados en tu casa, hazlo sentir que está a gusto. Por ejemplo, cuando tengas invitados en tu casa, dile dónde está el baño, ya que le podría dar pena preguntar, y se quedará con ganas de ir al baño.

 

Pasó en una ocasión, que invitaron a Rabí Eliezer Ben David a casa de una familia. La señora de la casa, le servía más y más y más en su plato y el Jajam ya no quería; pero seguía recibiendo. Le pidió el Jajam a la señora, que le sirva un vaso de agua. Cuando le estaba sirviendo agua, el Jajam le dijo que llene más el vaso y más y más y más. Hasta que la señora le dijo que se puede caer el agua ya que está tan lleno. Le dijo el Jajam a la señora: Así como el agua se cae por servir tanto, igual a mí usted me está sirviendo mucha comida.

En una ocasión, estaba el Jafetz Jaim en su casa el viernes en la noche y en vez de empezar con Shalom Alejem, comenzó directamente con el Kidush. El Jafetz Jaim nunca se había comportado así. Hasta después de la comida, dijeron Shalom Alejem. Acabando Birkat Hamazón, los hijos le preguntaron al Jafetz Jaim, por qué no había dicho Shalom Alejem antes del Kidush. El Jafetz Jaim les contestó: Nosotros teníamos invitados en la casa, y eran gente pobre. Seguramente ellos no comieron en la tarde y probablemente tenían mucha hambre; por eso comencé directo el Kidush, para que coman lo más pronto posible “El Shalom Alejem no es obligatorio, pero el hacer Jesed con el compañero, sí es obligatorio”.

“No basta con querer hacer Jesed; debemos ser inteligentes para saber cómo hacer Jesed”. Así como lo podemos ver en el siguiente cuento real.

En una ocasión, invitaron a cenar a Rab Iser Zalman Meltzer. El Jajam aceptó la invitación con una sola condición: Que comiencen la cena inmediatamente cuando lleguen. El anfitrión de la casa no entendió el motivo, pero por supuesto que aceptó la condición. Cuando comenzaron la cena; el Jajam comió muy rápido y toda la cena duró muy poco tiempo.

Al final de la cena, se despidieron y el anfitrión de la casa no entendió qué prisa había.

Pero la respuesta está en lo que le dijo la cocinera judía al Jajam: “Rabino, le agradezco mucho que se apresuraron tanto en la cena; ya que cada vez que vienen invitados a esta casa, me quedo hasta las 2 de la mañana y no tengo tiempo de ver a mi familia; pero hoy, que usted acabó rápido, podré estar con mi familia.

Muchas veces buscamos el éxito por medio de Segulot, o escritos de Kabalá, etc. La clave para el éxito es:

Depende de como tú te preocupas por los demás, así Hashem se va preocupar por ti”.

Dijo Rab Matitiahu Solomon algo hermoso y muy fuerte a la vez:

Hashem dice: Si a ese que no le quieres ayudar dices que no es tu hermano, entonces yo no soy tu padre.

 

No seas tacaño con tus palabras. ¿Por qué torturar a las personas con silencio, cuando puedes bendecirlas con palabras de ánimo?

En el judaísmo, no existen las pequeñeces. Todos los actos pequeños (a nuestro entender) que  haces, son muy grandes en el Olam Habá. Una palabra para alegrar al compañero, un consejo, una palabra de aliento, etc., vale mucho en el Shamaim.

 

Nota del Editor:

La palabra Jesed se puede traducir como bondad o misericordia, pero significa mucho más que eso. Hacer Jesed representa un abrumador deseo de dar y de ayudar al prójimo, sin importar lo que la otra persona haya hecho, ni tampoco si se lo merece o no.

 

 

 

 

 

[1] En la introducción del libro Nefesh Hajaim.

[2] Dice la Torá que debemos asemejarnos a Hashem y seguir sus caminos; así como Él es misericordioso, así mismo debemos ser nosotros, a esta Mitzvá se le conoce como “Vehalajtá Bidrajav”.

[3] Mijá 6, 8.

[4] Mishná en Peá 1, 1.

[5] Masejet Sanedrín 98b.

[6] Mishlé 16, 6.

[7] Shir Hashirim 1, 6.

[8] Masejet Yebamot 62, 2.

[9] Bereshit 1, 26.

[10] Bné Binyamin.

[11] Mishlé 15, 27.

[12] Debarim

[13] Guemará en Sotá 14.

[14] Tehilim 23, 6.

[15] Shaaré Kedushá 2, 2.