BUEN DÍA
Un hombre me escribió acerca de un Dvar Torá que hablaba sobre tener una actitud positiva en la vida, porque todo lo que HaShem hace tiene un propósito. Lo que más me llamó la atención fue el siguiente extracto: “Me han despedido de nuevo, estoy sin dinero y al borde de quedarme sin hogar. ¿Cómo puedo entender el significado y el propósito de estos acontecimientos?”
Preguntas y respuestas: ¿Cómo encontrar significado y aspectos positivos en las dificultades de la vida?
Una persona sólo puede decirse a sí misma: "Todo es para bien". En cuanto a los demás, debemos mirar la situación con compasión y ver qué podemos hacer para ayudar.
En medio de tanta confusión, es difícil notar que sucede algo bueno. A menudo, lo bueno sólo se hace evidente después de algún tiempo. Una sugerencia que puede ayudar es proyectarse hacia el futuro y mirar atrás a lo que está pasando ahora. ¿Qué habrías aprendido en esta “situación pasada” sobre la vida y cómo vivirla? ¿Cómo te trataron los demás? ¿Qué has aprendido sobre cómo tratar a los demás? ¿Qué fuerza interior has descubierto y no sabías que tenías? ¿Te has dado cuenta de que al final, en lo único en lo que puedes confiar es en el Todopoderoso? ¿Has intentado orar, hablar con HaShem y pedirle que te ayude? ¿Lo que para ti parecía una gran adversidad terminó convirtiéndose en una gran bendición? (Hablé con alguien que había sido despedida de su trabajo y terminó abriendo su propio negocio, donde es mucho más feliz y obtiene mejores ganancias).
Estemos atentos a las oportunidades que surjan para ayudar a los demás, aunque a veces nos resulte difícil. Visitemos a los enfermos en el hospital. Ayudemos a las personas mayores con sus compras o paquetes. Lo que sembramos hoy, de alguna manera lo cosecharemos en el futuro. La depresión viene porque nos centramos sólo en nosotros mismos. Ayudar a los demás hará que nuestra atención se centre en ellos, lo que en última instancia beneficiará tanto a nosotros como a ellos.
Ahora es el momento de hacer un balance: de nuestros talentos, nuestras expectativas, nuestros objetivos, nuestra dirección en la vida. Repitámoslo una y otra vez y descubriremos qué podemos aprender de ello: que podemos crecer y beneficiarnos de estas dificultades.
El Jafetz Jaim, rabino Yisrael Meir Kagan (Polonia, 1839-1933), uno de los más grandes líderes judíos del siglo pasado, comparó este “equilibrio personal” con alguien que busca un tesoro enterrado y sólo encuentra un diamante. Si hemos encontrado aunque sea un diamante, algo que pueda ayudarnos a crecer como seres humanos y acercarnos al Todopoderoso, ¡ya hemos tenido éxito!