El renacer de la humanidad
En Shavuot, según una muy arraigada costumbre, se lee la Meguilat Ruth (rollo de Rut).
Rut, la moabita, que adoptó la Tora de alma y corazón, constituye el ejemplo más apropiado para recordar en la festividad de Shavout, día de la entrega de la Tora de D\'s a Israel.
Otra razón que se da para leer Rut en este día es que esta conversa fue la bisabuela del Rey David, quien nació -y también falleció-en Shavuot.
Así está escrito, "Este es el libro de las generaciones del hombre", (Gen. V:1). Mostró D\'s todas las futuras generaciones a Adán. Le mostró, entre todas, a David quien debía vivir sólo tres horas...Y Adán dijo, "que 70 años de mi vida sean traspasados a esta alma"... Y agregó, "¡Soberano del Universo! ¡A éste otórgale soberanía y cantos de alabanza que perduren los setenta años de su vida, para que pueda cantar ante Ti!" (Yaikut Shimoní Ber. 41)
Soberanía y canto:
El hombre: un mundo en miniatura
De todas las extraordinarias maravillas que D\'s creó, el hombre es la más sublime, porque es un verdadero microcosmos, un mundo en miniatura compuesto de todos los elementos existentes en la creación.
De todo corazón humano surge un eco de los rugidos valientes del león, conjuntamente con el suave balido del tímido cordero. Por los tejidos del hombre corre una vena fuerte y resistente de hierro, entrelazada con una hebra de caña blanda y flexible. Todos los reinos -animal, vegetal y mineral- se encuentran dentro del hombre. Sin embargo, además de todos los elementos materiales de la tierra, éste posee un intelecto desarrollado y un espíritu sagrado, bienes del cielo. Es por ello que el hombre en sí es verdaderamente un pequeño universo.
¿Y cuál es el objetivo propio del universo? los mismos Salmos afirman lo siguiente: "Los cielos cuentan la gloria de D\'s, y el firmamento anuncia la obra de Sus Manos". (Salmos XIX:2)
El mundo entero es un coro que canta canciones alegres. En el "Perek Hashirim" ("Capítulo de Cantos"), los sabios describen los cantos que toda criatura entona para el Creador; ya sea el poderoso sol o la pequeña hormiga, como el melodioso pájaro cantor o la rana que croa, todos cantan uno o más versos de la Biblia como un canto de alabanza a D\'s. La tierra Le declara que Le pertenece en toda su integridad. Las estrellas proclaman que D\'s es el único anfitrión celestial. Y el caballo dice que todos deben mirar a D\'s como él mira a su amo.
¿Qué mensaje tenemos oculto en estas canciones? Es muy simple: se canta alabanza a D\'s cuando cada una de las partes de Su creación realiza a la perfección la tarea que se le ha asignado. Toda criatura que cumple su función es un verdadero instrumento de precisión. Juntas forman una orquesta cósmica.
Sin embargo, no basta con tener grandes artistas para crear una orquesta sinfónica. Necesitan un maestro calificado para armonizar la multitud de tonos existentes y obtener un resultado de una belleza extrema. Si cada músico improvisa según su parecer sólo se logrará ruido, no música.
D\'s colocó a Adán en el estrado y le asignó el cargo de director de la orquesta y coro del universo. Todos los elementos de la creación deben obedecer a su batuta. Se entregó a Adán una pauta e instrucciones sobre cómo emplear cada elemento en su momento y lugar adecuado.
Los Salmos dicen lo siguiente sobre la misión del hombre: "Le hiciste señorear sobre las obras de Tus Manos, todo lo pusiste bajo sus pies" (Salmos VIII:7). La soberanía del hombre no es un mero privilegio sino una obligación. Hay que balancear, ajustar, guiar y conseguir que todas las fuerzas divergentes del mundo se unan en una sinfonía sublime en alabanza a D\'s. Adán estaba dotado de un gran talento para cumplir su misión, descrita en el Midrash como "soberanía y canto".
El vidente
350 años después del Sinaí comenzó la Era del Profeta Shmuel (Samuel). Ya un año antes del nacimiento de Shmuel, "una voz celestial" anunciaba la llegada de esta gran alma. En la época de Shmuel la profecía se propagaba por toda la tierra de Israel gracias a sus discípulos que aprendían bajo su tutela a acercarse cada vez más a D\'s. El versículo siguiente describe claramente esa nueva visión del mundo que surge en esos días: "Antiguamente en Israel, cualquiera que iba a consultar a D\'s decía así: "Vayamos a ver el vidente"; porque en esos tiempos al profeta se le llamaba vidente" (Samuel IX:9)
El propio Shmuel aceptó ese título y se presentó ante Shaúl (Saúl) con estas palabras: "Soy el vidente". (Ibid. IX:19)
Sin embargo, nuestros sabios nos cuentan que D\'s encontró reparo a la forma en que Samuel se describía. ¿Era él quien realmente veía? ¿No era D\'s acaso quien le mostraba el camino? Samuel debería haber aclarado lo que él sabía en su corazón y que esperaba que sus oyentes lo comprendiesen: "Yo soy aquel que ve lo que D\'s le indica" (Harav Gifter).
"El Todopoderoso, Bendito Sea, dijo a Samuel: "¿Te consideras vidente? ¡Te mostraré algo que no podrás ver!" ¿Cuándo sucedió eso? ¡Cuando D\'s mandó a Samuel a ungir a David!" (Yaikut Shimoní ibid.)
¡No hay duda que Shmuel sabía muy bien que la fuente de los poderes del vidente no es la vista sino el oído! ¡Aquel que no escucha no ve! Samuel también sabía que D\'s había desechado a Saúl, al primer rey a quien había ungido porque se había dejado atraer y engañar por sus ojos. Saúl vio los hermosos animales de Amalek y los guardó para futuras ofrendas en vez de aniquilarlos como D\'s se los había ordenado. (I Samuel XV:9-15)
"Y Shmuel dijo: ¿Se complace Hashem (El Señor, literalmente "El Nombre", se refiere al impronunciable nombre de D\'s) tanto con las ofrendas quemadas y sacrificios como en que se obedezca la voz de Hashem? Ciertamente, la obediencia es mejor que el sacrificio, y el prestar atención que la gordura de los carneros" (ibid. XV:22)
La semilla de Ruth
D\'s desechó la Casa de Shaúl y ordenó a Shmuel que ungiese a un nuevo rey. Condujo al profeta hacia una familia que había luchado toda su vida por recobrar la pureza primitiva de Adán: La familia de Yishay, hijo de \'Oved, a su vez hijo de Ruth.
'Oved era hijo de Ruth:
"Se le llamó \'Oved (literalmente serviente) por-que servía a D\'s con todo su corazón. Y de \'Oved nació Yishay a quien también se llamó serpiente" (II Samuel XVII:25). Pasaron muchos días antes de que el Ángel de la Muerte pudiese encontrar una causa para llevarse el alma de Yishay, porque ese hombre estaba libre de toda culpa y pecado. D\'s recordó a la "serpiente" que indujo a Adán y Eva a comer el fruto del Árbol de la Sabiduría. Debido a ese pecado, todos los hombres deberán morir, y esa fue la única causa para la muerte del virtuoso Yishay" (Targum; Ruth IV:21-22).
Shmuel llegó entonces a casa de Yishay y fue presentado a sus siete hijos. Al ver a Eliab, el mayor, el vidente exclamó, muy impresionado: "De cierto delante de Hashem está su ungido". (Samuel XVI:6)
Eliab parecía ser un aristócrata de noble linaje, un líder con una disciplina y autocontrol perfectos. Pero lo que Samuel no lograba ver era que Eliab tenía un carácter violento con ataques de rabia incontrolables. (Pesajim 66b; Midrash Shemuel 19).
"Y El Señor dijo a Samuel: no te fijes en su apariencia o su gran estatura, porque lo he desechado. Las cosas no son como el hombre las ve, porque el hombre sólo ve lo que tiene ante sus ojos, mientras que Hashem mira dentro del corazón". (Ibid. v.7)
Descalificó uno por uno a los siete hijos de Yishay. Sin embargo, éste tenía un octavo hijo, quien era un simple pastor. Nadie lo quería. Tampoco lo conocían bien. Como no parecía estar destinado a rey, ni siquiera lo habían invitado a dar la bienvenida al vidente. Pero ahora que D\'s había rechazado a sus hermanos se le mandó a llamar a los pastoreos. "Era pelirrojo y tenía unos ojos hermosos" (v.12)
Samuel quedó muy preocupado al ver por primera vez a David. Se dijo: "¡Este joven es un asesino tan cruel como Esav! (Esaú, el cruel hermano del patriarca Yaákob-Jacob)". Pero el Todopoderoso, Bendito Sea, calmó sus temores con las palabras siguientes: "¡No! Este es distinto porque tiene ojos hermosos. Esav mata para satisfacer sus propios deseos, mientras que David aniquila a sus enemigos aconsejado y guiado por el Sanhedrín (quienes son los ojos de la comunidad)". (Bereshit Rabbá LXVI:3)
Shmuel ciertamente no se había equivocado en su primera impresión de David. Este, por naturaleza, tenía tendencia a la violencia, pero había refinado su carácter gracias a las lecciones de los Sabios. ¡Y David consultó a Hashem! (Samuel II 11:1)
David siempre consultaba a D\'s sobre el camino a seguir. No confió nunca en su propia sabiduría e ingenio. Era una de las cualidades que Saúl no poseía; actuaba por iniciativa propia (Malbim ibid).
Sin embargo, el rey Saúl tenía un temperamento suave y sumiso, nunca se iba a los extremos, mientras que David ardía de pasiones que sólo lograba aplacar con gran esfuerzo (Or Ha-jayim Hakadosh, Deuteronomio-Debarim-XXXI:1).
Por naturaleza, David tenía tendencia a ser cruel. No obstante, sólo dejaba ver ese rasgo de su carácter al luchar contra idólatras o herejes, porque con sus hermanos judíos era muy bondadoso (Rambam, Shemoná Perakim 7).
Fue el único hombre a quien D\'s asignó la tarea de restaurar la visión de la nación: "Hashem dijo: ¡Levántate y úngelo porque éste es el elegido!" (Samuel I XVI:12)
Salmo 126
1 Cántico gradual, cuando el Eterno hiciere tornar la cautividad de Sión, seremos como los que sueñan.
2 Entonces nuestra boca se henchirá de risas; y nuestra lengua de alabanzas. Entonces dirán entre las gentes: grandes cosas ha hecho el Eterno con estos.
3 Grandes cosas ha hecho el Eterno con nosotros, estuvimos alegres.
4 Has volver nuestra cautividad, oh Eterno, como los arroyos del Neguev.
5 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla. Mas volverá con regocijo trayendo sus gavillas.
Esta canción describe el ascenso más sublime de la nación judía: su ascenso desde las profundidades del exilio. La redención final parecerá un sueño, porque será tan maravillosa que trascenderá todas las expectativas de Israel. David compuso y cantó este salmo como una profecía de acontecimientos que sucederían mucho después de su muerte. Por ello este Salmo está escrito como si fuese dicho por los cautivos de Babilonia.
El retorno de los cautivos
Introducción
Se cuenta que un emperador de Roma se expresó diciendo. ¡Qué difícil es para un ovejita pastar en medio de setenta lobos!. ¡Qué grande es el pastor que la cuida! replicó el sabio.
La redención de los judíos de Babilonia decretada por Ciro rey de Persia fue considerada a los ojos de esa generación como uno de los milagros más grandes de la historia de nuestro pueblo.
Significaba el renacimiento de todo un pueblo anonadado por el cautiverio, que volverá a disfrutar de una vida independiente en su propio país.
La noticia del retomo les tomó tan de sorpresa que casi no podían creerlo, les parecía un sueño.
Y en verdad ¿no es todo esto un sueño? ¿No es el sueño maravilloso de un prisionero de celda que sale a la libertad?
No solamente los judíos redimidos, sino también los gentiles, sus opresores, exclamaban con admiración. ¡D\'s ha hecho grandes cosas con estos!
David compuso este salmo inspirado con el Ruaj Hakodesh (Espíritu Santo o Profético), para que mucho después de su muerte, lo cantaran los retornados de Babilonia y más tarde, a la llegada del Mesías, cuando D\'s reunirá a los dispersos de los cuatro confines del universo.
Existe la costumbre de recitar este salmo antes de Birkat Hamazón (Bendición después de las comidas con pan) solicitando el retorno de la cautividad de Sión.
Según el comentarista RADAK- Rabi David Kimhi, el salmista exhorta al pueblo a rezar por la paz de Jerusalém porque la ciudad estaba siempre en problemas. Por su situación estratégica, Jerusalém era el paso obligado de los grandes ejércitos expedicionarios de Roma, Grecia y Asiria hacia Egipto, y recíprocamente de los ejércitos egipcios hacia el Asia menor.
Interpretación
1-"CUANDO EL ETERNO HICIERE TORNAR (...)" De nuevo en este salmo la atención del salmista se concentra en el milagro del retomo de los cautivos de Sión. Aquellos que iban a la vanguardia caminaban como en un sueño entre las naciones gentiles que exclamaban llenas de asombro: D\'s ha hecho con éstos, grandes cosas. Y en verdad así fue: D\'s hizo con nosotros grandes milagros. Nos parecía un sueño; no creíamos que era una realidad.
2/6- "ENTONCES NUESTRA BOCA SE HENCHIRÁ DE RISAS (...)" Ahora el salmista eleva su oración para la reunión de los que se encuentran dispersos en países lejanos y la restauración de sus riquezas individuales y nacionales, tal como ocurrió a la salida de Egipto que los hicimos Birjush Gadol, todos vendrán con sus fortunas que serán tan provechosas, como los arroyos de agua lo son para la tierra seca del Neguev, donde escasea el precioso líquido.
Esos arroyos cambiarán la tierra árida del desierto en un jardín florido, los granjeros sembrarán sus granos con lágrimas, pero a la hora de la siega cederá el llanto para dar lugar a una gran alegría.
Es en el exilio donde hemos sembrado; es en Sión que cosecharemos; es el judío quien lleva la semilla; es Israel quien recogerá las gavillas.
Este salmo se opone al salmo 137, "Junto a los ríos de Babilonia", en el cual se describe el descenso de los judíos hacia el exilio. Se dice el salmo 137 antes de Bircat HaMazón (rezo para después de las comidas) en días de semana, para recordarnos constantemente la destrucción de nuestro Templo, aunque nuestros cuerpos estén saciados y cómodos en el exilio. El salmo 126, por el contrario, se recita antes de Bircat HaMazón en Shabbat y días festivos. Como estas festividades sagradas permiten a los judíos exiliados y oprimidos vislumbrar su gloria y elevación futuras, deben decir este cántico por la restauración que nos indica que Hashem hará retornar a los cautivos de Sión.
Articulo extraído de la revista El Kolel con la autorización de su editor